jueves, 15 de marzo de 2018

Hoy me paré a pensar, pensé por qué siempre miro hacia abajo, me di cuenta de que la única manera de no mirarte a los ojos, de evitar esas miradas de suicidio, de abolir mis ganas de llorar, es no mirarte a la cara, de quedarme mirando al suelo, incluso a veces tus pies, que un dia decidieron irse, para no volver.


viernes, 17 de junio de 2016

Transición

Y no era difícil darse cuenta de que me había convertido en mi propia destrucción. De dar cuentas iba la bala: deseando catar mi sien y evocar el reencuentro de la sangre y la tierra.

Difusas noches de no saber bien si las estrellas eran mi oráculo, o eran sólo simples símbolos de oración sin más resultado de unas palabras masturbadas por los semidioses.

Yo tampoco pedí meterme aquí. A mi me forzaron a seguir un pasillo forjado de rupturas y desconsolaciones. Unas manos rudas y ásperas que tan sólo se preocuparon en perturbar mis excesos.

Abstracto como un cuadro sin bordes, sin curvas, sin rectas. Incontrolable como las ganas. Inconveniente como las perdidas que acarreaba cada una de las sudorosas victorias.

No se basa en encontrarle sentido al texto, sólo consiste en esnifar cada palabra hasta que te interrumpa en el clímax.

Llega y no te pares, grita de dolor sin sufrir, ríe sin que nada te plantee gracia. Corre, pero corre sin moverte demasiado.

lunes, 13 de junio de 2016

Ciclos

Abstenerse. Me abstengo de pronunciar cada verso que había deseado contarte. Me abstengo de darle sentido a querer. Querer porque sí. ¿Por qué no?
Morder. Morderme las uñas en cada desesperante momento que aparecías en mi plano. Morder cada lugar invisible de tu torso.

Armar. Armar jaleo para recuperar tu fiera. Mi feria. Armar una selva con todos los monstruos que consigues crearme. Armar y desarmarme con cada soneto escrito sobre tu boca.

Reiniciar. Reiniciar mi alma, rehacer la calma con la cama, quemar mi alma y llorar sobre cenizas.
Sentir. Sentir cada gota de sudor coordinada con los gritos y la sangre, tal vez una nueva vida o una resultante muerte.
Cerrar: los ojos, los miedos y el dolor para abrirnos desde dentro hasta la última corteza de piel; donde puedan habitar nuestras utópicas conexiones a tiempo, allí sabremos que se encontraba nuestro exilio, nuestro destierro, nuestro silencio y el último destello de voz.
Provocamos y probamos abstención de nuevo.

viernes, 3 de junio de 2016

Recaída

Y ahí estaba. Delante de mis ojos, ocupando todo mi campo de visión: un cuerpo desnudo, cubierto tan sólo por el aura del todo el placer que me otorgaba cada noche, en el infierno que soportaban mis días.

Rozando cada poro de su torso nago con las yemas de los dedos. Sentir tu sabor en el paladar, conocer mi lengua con tu ombligo.

Tatuando cardenales nos descubrió el alba disfrazada de clímax; provocándonos a seguir nuestra guerra nos evocó mil glorias que llegaron hasta el vientre. Marcando cada músculo, desde tus muslos, con dolor y gritos.

Aquel orfismo, que en vez de destruirnos nos promovía con caricias obscenas, lejos de ser nuestra tortura fue nuestro más sentido oasis.

Vivimos la condena de sufrirnos y quemarnos, tentamos cada instante erógeno sobre nuestra capa sudor. Todo para acabar muriendo juntos en el último resplandor de la madrugada, dejando todo nuestro quid sobre las sábanas: comprobando así, que tan sólo somos rasgos de odio en efímeros orgasmos.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Mute

Y el tiempo pasaba, y la vida se acaba.

Nunca fuimos de hablar demasiado,
Nos entendíamos con poco,
Aún así,
Siempre había algún verso que nos fusionara,
Que creara vacíos de "entrecuerpos"
Y permitiera compartir cuentos de boca a boca.

Y algún día,
Cuando los años desfiguren mi rostro,
Me acordaré de ti.

Regalaré este consejo,
Quizás a algún joven alocado,
Que lo prenda
Y sople sus cenizas al viento.

Tal vez el viento que me traía
Cada noche,
Y la madrugada
Tu perfume de alta jerarquía
Impregnado en la esperanza
De que tus labios se mantengan fieles a nuestros encuentros furtivos

Añorando el roce de tu piel,
Recordé tus caricias
Hasta no saber si eran droga o metadona.
Pero, ¿Qué importa ya?
Si por tener,
Solo tengo la adicción

sábado, 24 de octubre de 2015

Entrepieles

Y a fin de cuentas,
Tus ojos procedían
De recónditas fantasías
Creadas en la perturbada mente
De algún dios perdido.

Aquel que jamás encontró el olimpo.

Aquel,
Que te dedicó su tiempo restante,
En el que recorría los laberintos
De tu figura.
Desde la rodilla,
Y siempre en ascendente,
Hacia su inexorable
Y cercana muerte.
La que refugiaban tus piernas.

Aquel,
Que contemplaba las estrellas.
Desde el suelo,
Hasta tu cielo.

Tratando:
De despertar
Todos y cada uno tus poros,
De erizar una última vez,
En ese infinito que resultó la noche,
Tu excitante y áspera piel.

viernes, 23 de octubre de 2015

⏪ Dale al play ⏩

Y aún recuerdo como pasamos de regalarnos dos besos a uno, como pasamos de rozar poros a pasarnos grados en besos húmedos, rodeados de luces de neón, de crear vacíos entre nosotros. Llegó el momento de volver a duplicar nuestro saludo, de sentir tu áspera piel rozando mis mejillas. Cuando mis palmas echen de menos tu nuca, no tendré más que recurrir al vano recuerdo de nuestro pasado perfecto y quién sabe si con opción de "replay"; al fin y al cabo siempre fuimos un antigua cinta de vídeo, viviendonos a cámara lenta, sintiéndonos  en cada pausa y olvidando en un constante avance  que siempre nos impedirá terminar de vivir este drama. No olvido tu silueta, la excitante forma de esos labios, mi mano desde tú cabellera hasta tus hombros y de nuevo, acercándome a ti, tratando de borrar el espacio que nos separase, por fin, sentí mis dedos volver a unirse en tu columna. Cuando ya solo algunas micras separaban tu boca de la mía, cuando ya nos encontrábamos comprimidos en el espacio limitado que habíamos creado, para evadirnos del mundo mientras nos rodeaba la muchedumbre, recuerdo sentir la fusión del magma, cómo me quemaban tus besos, y que yo hubiera sido, y tal vez todavía aún soy, capaz de dejarme la piel por cada uno de ellos.